24 junio 2007

Domingo deportivo

Esto de estar estudiando nada más en Bogotá arroja un beneficio que decidí empezar a disfrutar del todo, tiempo libre para conocer la ciudad de la tierra fría. El plan que he emprendido hoy no incluye las consabidas salidas nocturnas, que a todos de alguna manera nos han agotado, sino que ya comenzaremos a recorrer (por fin) los museos (los domingos son gratis), y las demás posibilidades de disfrute al alcance de todos.

Junto a mi amigo Eric, del posgrado y deportista innato, decidimos empezar a recorrer los domingos la ciclovía de la séptima, por aquello de mantenernos en forma, y no desperdiciar la mañana del domingo durmiendo hasta las 11. A las 8:50 de la mañana hoy estábamos ya en la caminata rápida, bien acompañados por al menos 100 personas más que decidieron hacer lo propio el día de hoy, en bicicletas, patines, a trote rápido y más lento, caminando, con sus niños, en familia, ennoviados, en fin, mucha gente salió a disfrutar del descanso del fin de semana.

En la carrera 7ma desde hace algunos años cierran uno de los canales de la vía para ofrecer espacio a los deportistas. En ciertos tramos hay ventas de frutas, tizanas (salpicón), mangos verdes para aderezar con sal o adobo, y otros exquisitos desayunos ligeros.

De igual modo, a mitad de la séptima averiguamos el precio de la escalada de pared, en un lugar que tiene por objetivo el entrenamiento de quienes desean dedicarse a este difícil deporte. Y bien, mi amigo y yo nos pusimos la meta de comprarnos en los próximos meses una bicicleta porque vimos que quienes paseaban bicicleta disfrutaban en demasía su recorrido.

Tenía abandonado un poco el blog, porque de hecho salí de vacaciones para Bucaramanga. Esa es otra historia que contar y trataré de hacerlo lo más pronto posible. Por lo pronto un saludo desde Bogotá.

05 junio 2007

Quién me ha visto y quién me ve...

Ajiaco santafereño con crema de leche y guascas, sobrebarriga acompañada de papas chorreadas, o una bandeja paisa con todo lo que alguien con colesterol alto no debe comer. En Bogotá aparte de degustar divinos platos he aprendido a cocinar. No soy una chef, ni siquiera sé cómo hacer los platos arriba mencionados, pero ya puedo alimentarme sin problemas comprando un mercadito básico de ingredientes, que luego mezclaré, inventando recetas o buscando otras en Internet. Además he descubierto que hasta tengo buena sazón, me lo dicen mis amigos, y yo lo confirmo de a poco, apropiándome de una cualidad que desconocía tener. Mi madre será la más feliz con esta victoria culinaria lograda por la mezcla del azar y la necesidad. De más está decir que también cualquier noviazgo futuro se verá beneficiado con este avance largamente esperado, sobre todo por quienes me rodean, un poco menos por mí, aunque admito que no sabía que era divertido. Finalizo esta entrada con la extraña sensación de haber escrito al estilo de la "perfecta ama de casa".
¡Buen Apetito!


Aprovecho para compartir algunas recomendaciones de la web para neófitos en la cocina:

Accua.com (la mejor): http://www.accua.com/cocina/busca/contenido_receta.asp?c=946

Arecetas (el portal más completo de recetas): http://www.arecetas.com/

El Placer de Comer: http://www.elplacerdecomer.com/webs/website7/PRAw58.htm

Recetas Españolas: http://www.recetas.net/suscripcion/libros/Cocina_espanola.pdf

Venezuela Tuya: http://www.venezuelatuya.com/cocina/index.htm

01 junio 2007

Breve Diccionario Colombo-Venezolano


Hoy empezaré a crear un breve diccionario para extranjeros en Bogotá. La idea me la dio un amigo blogger y hoy comienzo la tarea. El énfasis está centrado en Bogotá-Valencia como marco referencial.

Empezaré con el término extendido en toda Venezuela para referirse a casi cualquier cosa: “Arrecho”. En mi país esta palabra, especialmente altisonante en Bogotá, indica una gran molestia, pero también cuando algo es muy bueno. Es común escuchar que algo es muy arrecho… “qué arrecho el viaje que hicimos”, “qué arrecha es Bogotá” podría ser una expresión por todos entendida en Venezuela. En Bogotá es inadmisible, a menos que se use para referirse a lo que se supone hace alusión.

De hecho, el Diccionario de la Real Academia Española (http://buscon.rae.es/draeI/
) hace las distinciones correspondientes por país.

En Venezuela: arduo, intenso. (en lenguaje juvenil) espectacular, sensacional. Mientras tanto, en Bogotá probablemente se quedan con las acepciones principales: 1. adj. Tieso, erguido. 2. adj. Brioso, arrogante, diligente. 3. adj. Dicho de una persona: Excitada por el apetito sexual.

No está bien visto expresarse de algo con ese adjetivo “arrecho”, así que los venezolanos visitantes deben abolir su uso, a menos que quieran utilizar el vocablo para referirse a lo que aquí se explica. En otras zonas del país, hacia el norte, sí podemos usar la palabra porque se entiende del mismo modo, es decir, como una gran molestia.

También tenemos la palabra Arepera que significa en Venezuela lugar en donde venden arepas. Pues acá es lesbiana. Para hablar de nuestra conocida Arepera, debemos referirnos a una Arepería.
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OJO: Acá no "se pide la cola", se pide el chance, o alguien te hace el favor de llevarte a algún lugar porque iba por la vía. Jamás pidas la cola, quedas muy mal parado frente a quien recibe tal requerimiento. En seguida pensarán que tienes alguna predilección fetichista por la retaguardia de la persona a quien le "pides la cola".

Las anteriores hay que tomarlas en cuenta para no pasar pena, pero las siguientes deben considerarse para que nos entiendan:

Nuestras “cotufas” son las “crispetas” de Colombia. El “anime” es llamado acá “icopor”. Al “refresco” se le dice “gaseosa”. La “lechoza” es la “papaya”, la “parchita” se llama “maracuyá” y el "cambur" es el "banano".

Nuestro “Na guará” no tiene traducción. Tardamos media hora tratando de explicar qué significa y nos damos cuenta de que ni siquiera los venezolanos lo sabemos. Na guará es una expresión que denota admiración, sorpresa, también se refiere a lo sensacional: “na´guará de bueno, na´guará de feo, na´guará de grande” o simplemente na´guará, cuando es obvio a qué nos referimos. Y éste casi siempre se expresa con una extensión del Na… Naaaa guará.
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Mi amigo Daniel tuvo la gentileza de mencionar varias frases del argot venezolano: el famoso "burda" - que usamos a diestra y siniestra - y el "fino". Burda significa mucho, y es más bien un vocablo del lenguaje juvenil. Al igual que fino, que significa ¡Bien!, pero así con exclamación. Podemos incluso mezclarlos: Burda de Fino, para referirnos a algo que está ¡Muy bien!
Nuestro "pana" (amigo-compinche) del argot juvenil es el "parce" de los colombianos.
Hay una frase que suena muy llamativa "estar en la jugada" se refiere a estar actualizado, dentro de un proceso, dentro de la "rosca", es decir, "estar en la movida" venezolana.

Por lo pronto, estas son las expresiones que se me han venido a la mente. Probablemente vaya enriqueciendo este breve compendio de acepciones en la medida en que mis vecinos o amigos no me entiendan cuando les hablo, o cuando definitivamente me dé cuenta de que alguna expresión acá no aplica.