27 abril 2007

La Llegada


Durante muchos años quise venir a Bogotá. Era inevitable que al llegar de vacaciones a Colombia quisiera conocer la capital del país, y eso nunca ocurría. Era en aquellos tiempos adolescentes cuando las decisiones sobre itinerarios y destinos eran tomadas por mis padres y aceptadas por mí. Algunos años pasaron desde ese entonces, hasta que decidí venir a estudiar acá. No sólo podría especializarme en un área de interés para mi profesión, sino que permanecería por algún tiempo en esta ciudad que siempre me ha parecido sumamente atractiva. Llegué a Bogotá en enero. Fue un enero de clima cálido que fácilmente podía comparar con el de Caracas, agradable, fresco, con algunos momentos de calor al mediodía. Pero lo que más recuerdo es que llegué entusiasta, como aún lo estoy, con la idea de probarme en un territorio distinto al de mi zona de confort, en una gran ciudad, lejos -físicamente- del cobijo familiar, fuera de las fronteras de mi querida provincia de Valencia. Y en esas ando...Dejé en Venezuela a muchas personas que quiero, y -gracias a la tecnología- existe el messenger para sentirme siempre cerca. Para mi dicha he estrechado vínculos con mi familia en Colombia y, además, mi experiencia se ha visto enriquecida con la presencia de mucha gente que, como yo, vino a esta capital a cumplir metas, a buscar lo que en sus sitios de origen no encontraron, a probarse en las grandes ligas. A todos ellos los considero amigos porque las circunstancias han permitido que afloren -en muy corto tiempo- el apoyo mútuo, las afinidades y, por supuesto, el tiempo de deleitarnos con cada cosa que vemos, con cada descubrimiento de la ciudad, con sus espacios de encuentro.

2 comentarios:

Katherin Alfonso dijo...

No te preocupes "CHAMA" Bogotá es extraña pero siempre tiene sus brazos abiertos, sobre todo a la gente con ganas y con corazón y por supuesto yo también te extiendo mis brazos para que compartamos esta ciudad tan bacana!!

TANIA NIETO dijo...

Gracias Katherin por tus palabras. Así será, seguiremos en esta ciudad compartida disfrutándola cada instante.